La inestabilidad laboral y la nefasta situación para muchas empresas y profesionales de distintos sectores, exige de una respuesta en positivo que conecte con el desarrollo de un tejido productivo en el contexto español, que pasa por un necesario empoderamiento sociopersonal para salir de la crisis.
Dado que las altas tasas de desempleo afectan a todos los niveles de cualificación, edades y sectores, el emprendedurismo es una opción para muchas personas, y en especial para personas difícilmente empleables, pero que tienen competencias profesionales en algún ámbito profesional: personas desempleadas de larga duración y afectadas por distintos factores de riesgo y vulnerabilidad en el mercado de trabajo (por razones de edad, género, discapacidad, origen cultural, etc.); y más aún en el caso de personas previamente motivadas con una idea de autoempleo.
Fundamentalmente, insistimos en la idea de que no basta fomentar el emprendimiento y el autoempleo a través de incentivos fiscales o estímulos a la contratación u otras iniciativas similares (mejoras de la intermediación, financiación empresarial, etc.), sino que en paralelo se precisa integrar un enfoque más educativo así como otras acciones de naturaleza formativa que permitan a los empresarios y personas en transición al emprendimiento forjar sus proyectos desde trayectorias profesionales y personales sólidas.
En concreto, en el proyecto se distinguen dos fases encaminadas a la delimitación de estas necesidades formativas y factores motivacionales en el emprendimiento: una primera, de carácter extensivo, donde se pretende recoger información fundamentalmente cuantitativa sobre el tema, que se desarrollará a través de un estudio tipo encuesta, el análisis de indicadores sociales y estudios previos de mercado, así como entrevistas semi-estructuradas a gestores y coordinadores empresariales.
Por su parte, en la fase II, se realizará una aproximación más intensiva y focalizada, con una perspectiva cualitativa, a las trayectorias de emprendedores consolidados y en transición, que permitirá completar nuestro conocimiento de los factores motivacionales y relacionados con la gestión de la propia carrera.
La tercera y última fase del estudio tiene como función diseñar, aplicar y monitorizar una propuesta de intervención proponiendo un modelo experimental para el desarrollo de la carrera y la gestión del talento emprendedor.
El diseño de esta intervención, con base en los resultados del estudio previo, su aplicación y su monitorización constituyen las principales tareas a realizar. Entre los elementos que orientarán el diseño de la intervención jugarán un papel clave los aspectos motivacionales asociados a la idea de emprendimiento.
La formación para el emprendimiento en ocasiones ha estado centrada en los conocimientos necesarios para crear una empresa, obviando la necesidad de potenciar los aspectos motivacionales que contribuyen a que la persona persista en una idea y la vincule a su proyecto vital y profesional.
En este sentido, los objetivos principales del proyecto se focalizan en la dimensión motivacional del emprendedurismo, la gestión del talento emprendedor y la elaboración de proyectos de carrera en el ámbito empresarial.
Partiendo de esta hipótesis, nos planteamos una serie de interrogantes asociados al objeto de estudio.
Algunos de ellos son: ¿Cómo gestionan las personas sus carreras? ¿Cuál es el proceso desde que se piensan el autoempleo como idea vaga hasta que elaboran un plan emprendedor, lo ponen en práctica y tienen éxito probado (cierta vida de la empresa, expansión, desarrollo…)? ¿Qué dificultades plantean los emprendedores para gestionar su proyecto profesional y vital? ¿Cuáles son los factores de éxito en el mundo emprensarial?, ¿Qué factores motivan a emprender? ¿Qué es lo que hace compatible una idea emprendedora con un determinado perfil o potencial profesional?, etc.
Para dar respuesta a estos interrogantes consideramos que es necesario diferenciar entre dos perfiles de emprendedores que resultan relevantes para la investigación y la intervención que se pretende desarrollar.
Por un lado, es necesario contar con empresarios consolidados, es decir, personas que ya han puesto en práctica una idea empresarial con cierto grado de éxito y cuyas experiencias y características personales pueden ser útiles para comprender los procesos de gestión del talento y de elaboración de proyectos de carrera en el ámbito empresarial.
Por otro, un segundo grupo estaría conformado por personas que están en el proceso de decidir sobre la posibilidad del emprendimiento -emprendedores en transición- y que pueden informar de primera mano de las necesidades, dificultades e incertidumbres del proceso de emprendimiento.
El abordaje de las necesidades y trayectorias de ambos grupos permitirá extraer la información necesaria para diseñar la estrategia formativa/motivadora que será extrapolable a una población más amplia de emprendedores consolidados, emprendedores en transición y potenciales autoempleadores.